El amor y la ansiedad suelen ser compañeras de camino en los primeros momentos que conocemos a alguien. Aun así, en este post os compartimos una serie de consejos que podemos aplicar para valorar si nos merece la pena implicarnos en una relación romántica y, si lo hacemos, como disminuir la ansiedad que podemos experimentar por perderla.
- Establecer qué cosas valoramos a la hora de conocer a alguien.
Haz una lista de aquellos aspectos que valoras en las personas con las que tienes un interés afectivo. Puedes analizar aquellas cosas que te han gustado en anteriores parejas y cuales no, o hacer este análisis también con las personas que nos rodean en nuestro día a día. Cada persona valora aspectos diferentes: sentido del humor, que le guste el deporte, gustos musicales, etc. Esto nos ayudará a darnos cuenta más rápidamente de si la persona que estamos conociendo tiene características que valoramos.
- Cuidado con las listas interminables de checks.
Hay personas que establecen una lista interminable de características que debe cumplir una persona tanto a nivel físico (que sea de determinada estatura) o a nivel personal (que le guste la misma música que yo). Conviene que analicemos este tipo de motivos y veamos si podemos ser flexibles respecto a ellos o porqué tienen tanta importancia para nosotros. Si sólo salimos con personas que cumplen nuestra lista de checks limitamos mucho nuestras relaciones interpersonales y podemos estar perdiéndonos conocer a personas muy interesantes. Por ejemplo, respecto a los gustos en común, si a una parte le gustan más las películas de acción y a la otra las comedias, podéis inspeccionar otros géneros que os interesen a ambos, o una vez elegir uno y otra vez el otro.
- Establecer las “alertas”.
Cuando empezamos a conocer a alguien a veces nos dejamos llevar por las emociones intensas del momento. A la vez, es importante detectar señales que nos puedan hacer darnos cuenta de que quizás las dinámicas que se están estableciendo en la relación no son saludables:
- ¿Os escribís de forma bidireccional?
- Cuando quedáis, ¿se interesa por los diferentes ámbitos de tu vida?
- Cuando surge alguna dificultad, ¿cómo reacciona la otra persona?
- ¿Te hace sentir culpable o mal por no ceder a sus peticiones?
- Cuando estableces límites, ¿la otra persona los acepta o lo podéis hablar para llegar a un acuerdo?
- ¿Te escribe de manera intermitente?
- Cuando cuentas algo positivo sobre ti o tu vida, ¿se muestra feliz o contento por ti?
- ¿Hay continuamente altibajos en vuestra relación?
Estas son algunas preguntas que nos podemos hacer para analizar nuestra relación con la otra persona y tomar decisiones en consecuencia.
- Establecer los motivos por los que me interesa seguir adelante.
Ninguna persona va a cumplir toda nuestra lista de aspectos positivos y no tendrá ningún aspecto que no nos guste. Es importante que podamos tener esas listas como una guía orientativa pero que no seamos rígidos en ello. Evaluar si nos compensa la relación que estamos estableciendo, si nos hace sentir bien la mayoría del tiempo, si nos compensa el esfuerzo que nos puede suponer, etc.
- Establecer un ritmo conjunto entre ambos.
Es importante que establezcáis cuáles son las intenciones de ambas partes. Cada demanda individual puede ser legítima, pero puede que tú no la compartas. Si no estás dispuesto a implicarte más allá con la persona, déjalo claro desde el principio. Si te interesa tener algo más serio, comunícalo, te ahorrarás tiempo y malestar a largo plazo. Si los dos estáis en sintonía con el objetivo final, también se irán estableciendo dinámicas de manera natural que, si es necesario, se pueden dialogar. Por ejemplo, la cantidad de veces que os veis a la semana, cuando vais a hablar, si queréis llamaros o hacer alguna videollamada, etc.
- Cuidado con las comprobaciones.
A veces al conocer a alguien sentimos mucha ansiedad y estamos comprobando continuamente si nos ha contestado, analizando los mensajes, las frases que nos ha dicho, hablando continuamente de él con nuestros amigos, pidiéndoles consejos, etc. Es mejor que reduzcamos este tipo de comportamientos porque a corto plazo nos alivian el malestar, pero acaban haciendo la bola cada vez más grande de manera que a largo plazo experimentemos cada vez más ansiedad y necesitemos hacer más comprobaciones. Puedes quitarte el doble check de whatsapp o mirar el móvil cada ciertas horas para reducir la frecuencia de estas comprobaciones. Además, aprovecha para focalizarte en otras actividades y poder distraerte.
- Entender las citas como un contexto en el que ambos estáis al mismo nivel.
Otra parte importante para establecer interacciones saludables con las personas que conocemos es entender que las citas no son un contexto en el que “tienes que demostrar toda tu valía y el por qué mereces la pena”. Si partimos de la necesidad de conquistar al otro podemos acabar asumiendo un rol inhibido en el que permitamos que la otra persona marque el ritmo y nos limitemos a seguirlo. Comunica tus necesidades y permítete ser tú misma, mostrando tus encantos, pero no obsesionándote con ocultar partes de ti.
- Aceptar que habrá personas a las que no les gustes.
Por otro lado, si la relación acaba porque la otra parte lo decide, cuidado con caer a atribuir que “tenemos la culpa”. Si la persona es diferente a nosotros puede que no le resultemos interesante, puede que estéis buscando cosas diferentes, etc. Si una persona es muy activa a nivel físico y nosotros somos de planes más culturales, es normal que no encajemos con la otra persona. No te fustigues en exceso y comprende que tú también te mereces estar en una relación en la que la otra parte te valore y aprecie.
- Cuidar el resto de los ámbitos de nuestra vida.
Cuidado con esta tendencia a centrarnos en la relación que estamos iniciando y aparcar el resto de nuestra vida. Continúa manteniendo un espacio para tu tiempo a solas, con tus amigos, tus hobbies, etc. Si dejamos que una relación ocupe todo nuestro espacio y movemos toda nuestra agenda para dejarla hueco, y al final esto no sale adelante, toda nuestra vida se nos tambaleará.
Esto es solo una serie de consejos generales que pueden resultarte útiles. Empecemos a entender que las relaciones no son algo a lo que entregarme o un campo en el que conquistar al otro, sino una interacción con la otra persona, un proceso bidireccional en el que establecer dinámicas sanas y equilibradas. Y si al final no te compensa, saber que tienes la opción de cortar la relación.
Bibliografía:
- Coral Herrera – Cómo disfrutar del amor: Herramientas feministas para transformar el mito del amor romántico