¿Qué es la personalidad? ¿Es algo monolítico? ¿O se puede cambiar? ¿Sólo tenemos una? ¿O podemos tener varias? En definitiva… ¿Quién soy yo?
Este último interrogante ha sido una de las grandes PREGUNTAS (con mayúsculas) de las que tanto se ha especulado en la narrativa, el arte e, incluso, la ciencia. En esta modesta entrada de blog simplemente se pretende realizar un acercamiento a esta gran duda desde una perspectiva psicológica (y para ser más precisas, desde una perspectiva conductual).
Para hablar de un tema (nada baladí) como es la personalidad, vamos a empezar leyendo este tweet (bastante baladí) del cual reflexionaremos.
Es muy probable que en algún momento de tu vida hayas pronunciado estas palabras o unas parecidas. Seguramente haya sido al ver cómo una de tus amigas o amigos se comportaba diferente al acostumbrado. Y cabe de suponer que este acto te haya hecho sentir extrañada, confusa e incluso, dolida. “¿Qué hace?”, “¿Por qué se comporta de este modo?”, “Conmigo no es así”. Son algunas de las preguntas que te han podido surgir.
O puede que tú misma te hayas dado cuenta de que te comportas diferente según con la gente que estés. E igual, te han surgido mil dudas “¿Estaré siendo una falsa?”, “¿Por qué con este grupo de amigas y amigos soy más tímida y en este otro hablo por los codos?”, “¿Eso querrá decir que no tengo personalidad?”.
Calma. Son muchas preguntas en muy poco tiempo. Como dijo Jack el Destripador, vayamos por partes.
Cuando se habla de la personalidad de forma cotidiana se hace referencia a todo aquello que caracteriza a una persona, su forma de actuar, pensar e incluso cómo esa persona se describe a sí misma. Dándole un valor interno, estático e invariable, la esencia con la cual se nace y dictamina la forma de ser desde el primer día de vida hasta el último respiro.
Desde una perspectiva psicológica conductual, esto difiere. En realidad, somos lo que hacemos, no hay mayor misterio. Ni esencias inmutables, ni minis yoes que dictaminan cómo actuar (aun así, Del revés (2015) sigue siendo una buena película). Podríamos decir que son aquellos patrones de comportamiento que son relativamente estables cuando los contextos dónde se mueven las personas no difieren entre sí. El quid de la cuestión es que no vivimos en el mismo contexto a lo largo de nuestra vida, por no decir que ni siquiera esto ocurre en nuestro día a día: en el trabajo, con las amigas de la infancia, las amigas de la uni, tus padres, tus abuelos, incluso cuando estás tú sola en casa. Todos contextos diferentes y variados.
Cada una de esas situaciones son diversas. Entonces, ¿por qué no ibas a actuar de forma diferente en cada una de ellas? Es cierto que dentro de cada una de esas situaciones hay cierta estabilidad y es lo que podríamos llamar personalidad, pero no hay que olvidar que vivimos distintas situaciones, distintos ambientes, distintos contextos.
Con todo esto quiero decir que no existe un solo yo, hay tantos yoes como contextos diferentes haya, y todos ellos conforman tu personalidad. Esta afirmación puede dar cierto vértigo. Eso es cierto. No obstante, podemos verlo desde otra perspectiva: tenemos toda una vida para conocernos a nosotras mismas.
Así que, retomando las preguntas surgidas por el tweet. No, no estás siendo una falsa. No, aunque actúes de forma diferente en distintos contextos no se debe a una “falta” de personalidad. Simple y llanamente, estas en continua interacción con tus contextos.
…Y eso no es moco de pavo, eh.
Pero en el caso en el que presentes ciertos comportamientos que te causen malestar o haya aspectos personales que quieras mejorar, puedes contar con las profesionales de ITACO. Estamos encantadas de ayudarte.
Referencias:
Luciano, M. C., Gómez, I. y Valdivia, S. (2002). Consideraciones acerca del desarrollo de la personalidad desde un marco funcional-contextual. International Journal of Psychology and Psychological Therapy, 2(2), 173-197.
De Pascual, R., Gálvez, E., Serrador, C., Norheim, T. y Froxán, M. X. (2020). Análisis funcional de términos psicológicos. En M.X. Froxán (Coord.), Análisis funcional de la conducta humana: Concepto, metodología y aplicaciones (pp. 127-156). Ediciones Pirámide.