Bien es cierto que, con el paso del tiempo, en la historia ha ido surgiendo una renovación de los roles en la pareja. Sin embargo, la forma clásica de entender el amor romántico perdura, es decir, en la práctica social del amor, siguen manteniéndose desigualdades entre sexos. Y tú dirás, ¿cómo puede ser esto posible? La respuesta es, gracias a la socialización de género, proceso en el cual todas las personas estamos inmersas, desde incluso antes de nuestro nacimiento. Así, a través de la socialización de género, las personas aprenden y adoptan las normas, roles y valores asociados a su género a través de la interacción con su entorno social y cultural. En otras palabras, se produce una diferenciación social en el patrón comportamental ontogenético considerado como propio de mujeres y hombres en culturas determinadas (Silva y Laurenti, 2016).
En nuestra cultura occidental, tenemos asociadas ciertas características a los hombres y a las mujeres (obvio, de manera diferente y sin bases científicas). Por ejemplo, los hombres están asociados a la independencia, seguridad y valentía, entre otros. En cambio, las mujeres están más asociadas a la inseguridad, ternura, pasividad y sensibilidad. ¡Voilá! Estupendos ejemplos del proceso de socialización de género, que va más allá, porque lleva implícito como “deben” comportarse las personas en una relación, siendo hombres o mujeres.
Por otra parte, al hablar de los mitos del amor romántico, también debemos detenernos en conceptualizar qué es el amor… y te lanzamos la siguiente pregunta: ¿qué es para ti el amor?
Pues bien, el amor se puede entender como un comportamiento más, como esas interacciones que las personas llevan a cabo en un contexto y que influyen en la formación y mantenimiento de relaciones amorosas. Por lo tanto, se puede concebir como una construcción social que además es cambiante, según la sociedad y el momento histórico (Pérez et al., 2008).
¿A qué nos referimos entonces con el amor romántico?
El amor romántico es del mismo modo, una construcción social que se encarga de perpetuar en nuestra sociedad el “ideal romántico”. De esta forma, se brinda un modelo de conducta amorosa ya estipulado, que nos marca lo que significa enamorarse y qué emociones se tienen que sentir en circunstancias concretas (Flores Fonseca, 2019).
Así, el ideal romántico se puede entender como ese proceso a través del cual se idealiza sobre cómo tiene que ser una pareja “perfecta” (spoiler: no existe), siendo esta concepción derivada de una construcción social ya preestablecida.
Pero… ¿qué son “los mitos del amor romántico”?
Los mitos del amor romántico son un conjunto de creencias e ideas que son socialmente compartidas en una cultura determinada y están relacionadas con la supuesta y esperada naturaleza del amor. Estos mitos románticos son, en términos generales, ficticios, engañosos e irracionales (Garrido y Barceló, 2019).
Además, todo el conjunto del amor romántico y los mitos que se derivan de él, están fomentados, potenciados y mantenidos por la sociedad en la cual nos encontramos. Asimismo, todo está establecido bajo la socialización de género y el juicio patriarcal.
Ejemplos de mitos del amor romántico
A continuación, te vamos a exponer algunos ejemplos de mitos sobre el amor romántico que son más sonados y están más arraigados en nuestra sociedad. Seguro que no es la primera vez que los escuchas.
1. Mito de la media naranja o creencia en que todos tenemos a una persona predestinada para crear una unión y que es la única o la mejor elección posible. También se entiende como la creencia de que todos tenemos un “alma gemela”.
- Consecuencias:
- Internalización de patrones rígidos de cómo deben ser nuestras relaciones amorosas y nuestras parejas.
- Esperanza de encontrar a esa persona ideal o idealizada, lo cual puede mantener una sensación de insatisfacción vital si no se encuentra.
- Expectativas altas y posibles reglas autoexigentes en cuanto a cómo tiene que ser tu persona “complementaria”.
- Alternativas:
- Visualizar el encontrar pareja como algo que enriquece nuestra vida sabiendo que ya de por sí era satisfactoria previamente, como única parte de una naranja que ya estaba completa: nosotras mismas.
2. Mito de los celos o creencia de que sentir celos es un signo de amor. Esto suele utilizarse para justificar comportamientos egoístas, injustos, represivos y violentos.
- Consecuencias:
- Sensación de pérdida de control sobre la relación, sentimientos de culpabilidad y una pérdida gradual de la autoestima.
- Se vive en un constante estado de alarma, llevando a cabo conductas de comprobación.
- Posible incremento de discusiones en la pareja.
- Desgaste y descontento progresivo en la relación.
- Alternativas:
- Estar en pareja no significa ser propiedad de nadie, sino seres independientes, que libremente quieren estar con su pareja (así como sería posible que libremente decidieran romperla).
3. Mito de la exclusividad o creencia de que, estando enamorado o en pareja, no se puede sentir atracción por otra persona.
- Consecuencias:
- Sentirse atraído por otras personas en parejas es totalmente normal y sentirse mal por hacerlo puede generar sentimientos de culpabilidad que pueden afectar al estado emocional de la persona, así como acabar debilitando la relación en pareja.
- Si entendemos la atracción como una emoción más, te pongo el siguiente ejemplo: ¿Culparías a una persona por sentir tristeza?, ¿entonces, por qué culpar a una persona que siente atracción por otra, aún teniendo pareja?
- Alternativas:
- Para formar una relación de pareja debe haber más componentes además de la atracción.
- Entender que la fidelidad es un constructo social, que para cada persona puede conllevar conductas diferentes.
- Comunica con tu pareja, que significa la fidelidad para ti.
- Ser fiel es una elección.
4. Mito de la omnipotencia o creencia en que “el amor lo puede todo”. Se basa en concebir que nada excepto el sentimiento de amor puede influir sobre la pareja. El sentimiento de amar justifica cualquier conducta de cada una de las partes y que solo se necesita amor para solucionar los problemas.
- Consecuencias:
- Puesta en marcha de intentos reiterados de seguir en una relación sexoafectiva, que igual, ya no cubre tus necesidades.
- Sensación de cansancio, por la “lucha” que se justifica, pero que a largo plazo puede derivar en que se asocie el amor con una lucha constate, cuando no tiene nada que ver.
- Alternativas:
- El abordaje conjunto, teniendo como base primordial la comunicación y la confianza, servirá como herramienta para el derribo de tabúes e ideas preconcebidas, para autoexplorarse y explorar y conocer a la pareja.
Tras la exposición de estos mitos, es importante reflexionar y poder adoptar una visión más ajustada de la realidad. Es importante entender que el respeto, la confianza y la comunicación en una pareja se construyen día a día y no vienen de serie o de manera innata. Así, cada relación es distinta y no hay una relación perfecta o ideal.
¿Se te ocurre alguna reflexión más para llevar a cabo en tu relación o futuras relaciones, dejando a un lado los tan famosos mitos del amor romántico?
Si leyendo esto consideras que necesitarías ayuda psicológica para trabajar alguno de estos mitos o cualquier otro que haya podido resonar en ti, te animamos a ponerte en contacto con nosotras.
Bibliografía:
Flores Fonseca, V. M. (2019). Mecanismos en la construcción del amor romántico. La ventana. Revista de estudios de género, 6(50), 282-305.
Garrido, M. C., & Barceló, M. V. (2019). Prevalencia de los mitos del amor romántico en jóvenes.
OBETS: Revista de Ciencias Sociales, 14(2), 343-371.
Pérez, V. A. F., Fiol, E. B., Guzmán, C. N., Palmer, M. C. R., & Buades, E. G. (2008). El concepto de amor en España. Psicothema, 20(4), 589-595.