Vivimos en una sociedad que premia lo alegre y esconde, castiga, ignora otras emociones igual de importantes, pero menos vistosas a primera vista. Esto, evidentemente, tiene consecuencias, y de esto te vamos a hablar en este artículo. Veremos la importancia de sentir toda la gama de emociones y aterrizaremos la teoría al día a día para que sepas por dónde empezar para entrar en contacto con aquello que sientes.
¿PODEMOS ANESTESIAR NUESTRAS EMOCIONES NEGATIVAS?
Aquí, la respuesta es un NO rotundo y menos mal, ahora entenderás el por qué. Además, antes de entrar de lleno quiero recalcar que el hablar de emociones positivas y negativas es erróneo ya que nos lleva a tener una preferencia por unas (las denominadas “positivas”) y no querer sentir otras (las denominadas “negativas”). Por ello, en psicología preferimos denominarlas emociones agradables y desagradables.
A la pregunta de si puedes dejar de sentir emociones desagradables encontramos un NO de nuevo, ya que las percibimos cuando estamos en interacción con nuestro entorno y nos dan información para ayudarnos a actuar. Esta gama de emociones consideradas como más desagradables para la mayoría de las personas son la tristeza, el miedo, el asco o la ira, y digo para la mayoría porque no podemos generalizarlo a todas las personas ya que nuestro contexto e historia de aprendizaje influyen en nuestras preferencias y mucho.
Sin embargo, en ciertas ocasiones, seguro que has intentado no sentir alguna emoción (es lo que denominamos evitación). A corto plazo, puede funcionar el no querer sentir dicha emoción pero a largo plazo se hace insostenible ya que no nos ayudan y, además, en este intento de suprimir la emoción, perdemos información sobre el entorno y nosotras/os mismas/os.
Ahora entenderás mejor el por qué de la frase “sin nuestras emociones no seríamos tan funcionales”, ¿verdad? Sin embargo, se aprende a gestionar las emociones. Te animamos a que reflexiones si suprimes alguna emoción y las consecuencias que tiene esto en tu día a día. Dedícate unos minutos, incluso, coge papel y boli, si esto te ayuda a reflexionar.
¿POR QUÉ SERÍA INTERESANTE ENTRAR EN CONTACTO CON NUESTRAS EMOCIONES?
Tal y como te comentabamos en el punto anterior, las emociones son nuestra hoja de ruta en el día a día. Veamos cuales son sus funciones principales:
- Ante una amenaza, nos protegen. ¡Que haríamos si no, sin percibir el miedo ante un peligro!
- Bajamos la activación que desencadenan algunas emociones como por ejemplo el llorar cuando estamos angustiadas/os.
- Nos ayudan a comunicar a nuestro entorno con el fin de que se acerquen a ayudarnos o nos den nuestro espacio.
- Nos movilizan a tomar decisiones o actuar ante determinadas situaciones. Por ejemplo, enfadarnos para reclamar algo…
¿POR DÓNDE EMPEZAR?
- Identifiquemos las emociones básicas: lo primero y más importante es saber qué emociones son y qué información nos aportan.
- Alegría: Es esa sensación de bienestar acompañada de una cierta activación. Esta emoción nos lleva a abrirnos a nuestro entorno y a hacer cosas. De hecho, aquellas actividades que nos generan alegría tienen mayor probabilidad de repetirse ya que buscaremos sentirnos bien de nuevo. Por ejemplo, si dar un paseo al salir del trabajo me hace sentir bien, tenderé a repetirlo.
- Asco: Nos alejaremos o rechazaremos aquellos estímulos que nos resulten desagradable. Por ejemplo, no comeremos un alimento en mal estado.
- Ira: Cuando sentimos esta emoción, nos mostramos más temibles ante los demás ya que sentimos que nos pueden quitar algo que valoramos o nos sentimos poco respetadas/os.
- Tristeza: Nos permite gestionar las pérdidas y, a su vez, le comunicamos a nuestro entorno que necesitamos su apoyo.
Cada una de las emociones comentadas viene acompañada de unas sensaciones fisiológicas (por ejemplo: cuando estamos enfadadas/os tensamos ciertos músculos, fruncimos el ceño, nos activamos, nuestra temperatura corporal aumenta, etc.) esto nos ayuda a identificarlas. Sin embargo, hay una individualidad en todo esto, todas/os nos enfadamos, estamos tristes o contentas/os de la misma manera, hay una historia de aprendizaje que nos acompaña. Te animamos a que prestes atención a tu cuerpo cuando percibes alguna de estas emociones.
- Todas las emociones son igual de válidas: Al entender la cantidad de información que nos aportan cada una de ellas, empieza a darles un espacio en tu día a día. Validemos el sentir toda la gama de emociones, tienes derecho a sentir. Cuando empezamos a escuchar aquello que sentimos, las iremos entendiendo y nos comportaremos de manera más ajustada.
- No hay comparaciones que valgan: Experimenta con tus emociones, conócete en ese plano sin prisa. En el plano de las emociones no hay una sola manera de sentir, eso sí, no olvides respetar y respetarte.
Las emociones son nuestra brújula, nuestra hoja de ruta, dediquemos tiempo a comprenderlas y el camino hacia un mayor conocimiento de una/o misma/o es mucho más rico e interesante.
Para terminar, os dejamos una maravillosa frase de Maya Angelou que refleja la esencia del mensaje que os hemos querido transmitir en este artículo.
“La gente olvida lo que dices, la gente olvida lo que haces pero nunca olvida cómo la haces sentir”.
Maya Angelou