Las bajas laborales son un recurso por el cual una persona puede cesar su actividad laboral sin que cese de cotizar y con la posibilidad de recibir una prestación durante el tiempo de recuperación. Las causas de baja pueden ser muy diversas, pero son mucho más, y mejor, conocidas las producidas por los problemas físicos que los psicológicos, como la ansiedad laboral. De esto quiero hablar hoy, de la diferencia que puede haber entre las bajas causadas por problemas físicos y las bajas a causa de la ansiedad laboral.
En un principio las bajas debidas a problemas físicos tienen un fin claro, cuando la persona recupera la condición física suficiente para trabajar. Si esta condición física es irrecuperable se ponen en marcha otros mecanismos administrativos. Las bajas por ansiedad funcionan de manera distinta y más todavía si esta ansiedad es originada en el entorno laboral.
Empiezo con un ejemplo. Si una persona tiene miedo a las arañas es probable que en cuanto vea una empiece a sentir bastante miedo y ansiedad. Dichas sensaciones pueden aparecer igualmente si se pusiera a pensar o imaginar arañas, incluso si alguien empezase a hablar de ellas. Esto se debe a que en la historia de aprendizaje de esa persona se ha producido una asociación entre la aparición del estímulo “araña” y la respuesta de ansiedad. Por suerte para esta persona hipotética y, para todos/as en general, no vivimos rodeados de arañas, así que ese miedo no se siente de manera continua y permanente.
Lo importante de este ejemplo es que nadie diría que esta persona ha perdido el miedo a las arañas si no hay ninguna a la vista, solo lo diría cuando la visión de una araña no generase ningún tipo de reacción. Pasando del ejemplo arácnido al ejemplo laboral. Si sacamos a la persona de su contexto laboral puede que deje de sentir ansiedad, pero no se tiene por qué haber solucionado el problema. Sencillamente los estímulos que generaban la respuesta han desaparecido, pero la asociación entre estos y el miedo no. De hecho, es bastante fácil que si alguien con problemas de ansiedad en el trabajo empezase a anticipar que tiene que volver la ansiedad reaparecía de manera inmediata.
¿Significa que las bajas por ansiedad laboral son inútiles? Para nada. La baja es útil primero porque:
- La persona va a dejar de sufrir tanto de manera inmediata, lo cual siempre está bien.
- La asociación entre entorno laboral y respuesta de ansiedad va a dejar de hacerse tan fuerte.
- La ausencia de estresores intensos puede facilitar la puesta en marcha de alguna estrategia de adaptación que facilite la reinserción laboral y la disminución/desaparición del problema de ansiedad.
El tercer punto es muy relevante porque es, con mucha probabilidad, lo que va a marcar la diferencia cuando la persona vuelva al ambiente de trabajo. Si no se cambia el contexto o el cómo nos adaptamos a nuestro entorno laboral es muy fácil que el problema se pueda repetir.
¿A qué situaciones se puede enfrentar una persona que haya pasado o esté pasando por una baja de este tipo?
- Incomprensión por parte del entorno: Lamentablemente sigue habiendo ciertas líneas de pensamiento que argumentan que los problemas de ansiedad se deben afrontar con “actitud”, “voluntad” o “querer”. Estas frases es habitual que tiendan más a culpabilizar a la persona por encontrarse en la situación que está que a ayudarla. En los casos más extremos puede haber acusaciones de que se lo está inventando o exagerando. También podemos encontrarnos mensajes tipo “hay lanzarse a la piscina”. Se trata de una estrategia que no tiene por qué funcionar siempre y que de hecho puede tener resultados muy contraproducentes.
- Suspicacia o reproches en el entorno laboral: De la misma manera hay entornos de trabajo cuya respuesta ante una baja por estrés laboral puede ser completamente contraproducente. Compañeros/as que lo ven como un intento de escaqueo, jefes/as que piensan que la persona se quiere tomar unas vacaciones. Las formas pueden ser muchas pero el resultado es el mismo. La persona tiene aún menos motivación por volver y se siente peor consigo misma.
- Duda respecto a la “realidad del problema”: Sigue siendo habitual que aparezcan sentimientos de culpabilidad debido a que se está de baja por motivos psicológicos. Esto se da porque se sigue pensando que los problemas psicológicos son menos “reales” que los problemas más fisiológicos. Por supuesto esto es más falso que un billete de tres euros. Se ha comprobado que la ansiedad extrema durante periodos de tiempo prolongados o muy frecuentes es algo que puede incapacitar a una persona, bajar en gran medida su calidad de vida y provocar otros problemas de salud.
- Dudas respecto a la gravedad su problema: Fruto de los anteriores apartados puede aparecer también esto. Que la persona dude de sí misma, de si el sufrimiento porque el que pasa es “real” o si realmente es tan grave como para ser incapacitante. La respuesta es que por supuesto que puede serlo. Por suerte hay cada vez más testimonios de gente con alcance mediático que hablan sobre esto y lo normalizan. Por ejemplo, la cantante Pastora Soler se retiró de los escenarios durante dos años debido a que sentía tanta ansiedad cuando se iba a subir que sentía incapaz.
- No saber cómo volver a la vida laboral: Una persona de baja por ansiedad laboral es muy fácil que desee volver a trabajar por diversos motivos, recuperar el sueldo en caso de que se haya visto reducido, recuperar cierta estabilidad o rutina diaria, poder disfrutar de nuevo de lo que hacía y más. Sin embargo, puede que sencillamente no sepa qué es lo que tiene que hacer para volver sin que esa ansiedad y ese miedo continúen.
Para abordar este tipo de problemáticas es conveniente contar con ayuda de un/a profesional de la psicología. Evaluar qué es lo que ha ocurrido, por qué ha ocurrido así como establecer unas pautas de intervención claras va a ayudar sobremanera a que la persona deje de sentir miedo por hacer algo tan rutinario y anodino como puede ser ir a trabajar.