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Vaginismo ¿Qué es?


El vaginismo es un tema que ha estado rodeado de estigmas y ocultamiento durante siglos. A veces, silenciado y otras veces ignorado, nos encontramos frente a una de las problemáticas más usuales y comunes en la sexualidad de las mujeres.

En este blog, exploraremos el vaginismo desde una perspectiva feminista y psicológica, desmitificando el tema y brindando apoyo a todas las personas que lo experimentan.

¿Qué es el Vaginismo?

El vaginismo es una condición que afecta a muchas mujeres, caracterizada por la contracción involuntaria de los músculos vaginales, lo que dificulta o impide la penetración vaginal tanto en ciertas prácticas sexuales, como actividades tan comunes como utilizar tampones o una copa menstrual. Esto puede causar dolor y ansiedad significativos en las mujeres, afectando tanto su vida sexual como emocional.

Es crucial entender que el vaginismo no es un problema de falta de deseo sexual, sino una respuesta física y emocional involuntaria. Desde una perspectiva psicológica, es esencial entender cómo las emociones y las experiencias pasadas pueden desempeñar un papel crucial en esta condición.

Pero, ¿cómo saber si tienes vaginismo?

Aunque lo ideal es que puedas acudir a una especialista para que pueda hablar contigo de manera precisa, algunas de las sensaciones que puedes tener son:

  • Dificultad o Imposibilidad para la penetración: Desde un tampón, la copa menstrual, los dedos o a partir de coito total o parcial.
  • Dolor o molestias intensas: Experimentar dolor o molestias intensas durante la penetración descrita anteriormente, incluso con lubricación y estimulación sexual.
  • Contracción muscular involuntaria: Contracción involuntaria de los músculos vaginales. Esta contracción es refleja y no es fácil controlarla.

Causas del Vaginismo:

El vaginismo puede ser desencadenado por diversos factores. Aunque cada mujer es un mundo y podremos encontrar muchas diferencias en el origen de este problema en cada una de ellas, algunas de las causas destacables son:

  • Ansiedad y Miedo: La ansiedad relacionada con el sexo, miedo al dolor, temor al embarazo o incluso miedo a las enfermedades pueden favorecer el vaginismo. El miedo anticipado a la penetración puede provocar una respuesta muscular involuntaria que hace que los músculos de la vagina se contraigan.
  • Dolor durante la primera experiencia sexual: Si una mujer experimenta dolor significativo durante su primera experiencia sexual, lo cual es más normal de lo que pensamos debido a la ausencia de educación sexual, esta experiencia puede favorecer el vaginismo como una respuesta refleja para evitar futuras situaciones dolorosas.
  • Educación sexual inadecuada o restrictiva: Una educación sexual inadecuada que asocial el sexo a algo inadecuado o pecaminoso, especialmente para las mujeres, puede generar ansiedad y miedo en torno a la actividad sexual. La falta de información precisa y positiva sobre la sexualidad puede contribuir al desarrollo de vaginismo.
  • Problemas de relación o pareja: Conflictos no resueltos, falta de comunicación, ausencia de intimidad o problemas emocionales en la relación de pareja pueden contribuir a la problemática.
  • Problemas médicos o ginecológicos: Infecciones crónicas, condiciones médicas o ginecológicas como la vulvodinia (dolor crónico en la vulva) pueden causar molestias o dolor durante el sexo y la menstruación.
  • Expectativas sociales y culturales: Las expectativas sociales y culturales sobre el comportamiento sexual de las mujeres pueden generar presión y ansiedad. Las normas de género y las expectativas poco realistas pueden contribuir a la dificultad para relajarse durante el sexo y la menstruación.
  • Presencia de otros problemas psicológicos. Problemáticas psicológicas como la depresión o la ansiedad pueden contribuir al desarrollo de esta problemática, así como aumentar la sensibilidad al dolor y la ansiedad relacionada con el sexo.
  • Experiencias traumáticas. Experiencias traumáticas como abuso sexual, violencia, o eventos médicos dolorosos pueden generar una respuesta de defensa en forma de vaginismo. El cuerpo puede reaccionar involuntariamente para evitar situaciones similares de dolor o trauma.

Recomendaciones ante el vaginismo

  • Acude a una especialista (psicólogas, médicas, fisioterapeutas…). El vaginismo no es una vivencia que tengas que mantener en silencio, no tienes por qué vivir tu menstruación y sexualidad con dolor.
  • Infórmate desde una perspectiva feminista. Numerosos artículos, libros y manuales a los que puedes acceder pueden darte un mensaje erróneo en el que te digan que el vaginismo no es un problema y que a veces el sexo es doloroso para las mujeres. No pueden estar más equivocados. El sexo no tiene que ser nunca una experiencia dolorosa para las mujeres y si lo es, es que no está produciéndose de la manera más adecuada en torno a tu deseo. Si estás interesada en conocer más acerca de tu sexualidad, te recomendamos el libro Tal como eres de Emily Nagoski o series como Sex Education, donde se habla de numerosos temas sexuales.
  • Comunícalo a tu compañero/a sexual (si la/s tiene/s). Al igual que no esconderíamos que nos hemos lesionado una pierna y por tanto no podemos correr una maratón, no tenemos por qué esconder el vaginismo. Esta información puede ayudar a tu compañero/a sexual a entenderte y a actuar en consecuencia. Si no sabes cómo comunicarlo o piensas que puede ser fuente de conflicto, también puedes apoyarte en la terapia para que no estés sola en esa situación.
  • Apóyate en el resto de mujeres de tu vida. Aunque sientas que lo que te ocurre es extraño y que sólo te está pasando a ti, puede que te sorprenda cuantas mujeres hay a tu alrededor que pueden estar viviendo lo mismo. Hablarlo con tus amigas, tu madre, tu hermana, tus tías y primas… puede ayudarte a entender que no se trata de un problema individual, sino colectivo.
  • No sitúes el vaginismo en el centro de tu vida. La sexualidad puede ser una parte importante de nuestra vida, pero ni mucho menos es la central. Las exigencias o presiones sólo harán que nos sintamos peor con nosotras mismas. Tener paciencia contigo misma y seguir cultivando el resto de áreas de tu vida es esencial para poder cuidarnos.

En conclusión, el vaginismo es más que una simple condición física; es una experiencia que puede ser profundamente afectada por factores psicológicos y sociales. Desde una perspectiva psicológica, hemos explorado las complejidades de esta condición, desde el impacto de ciertas situaciones traumáticas hasta la ansiedad y los desafíos emocionales que las mujeres pueden enfrentar. Al mismo tiempo, desde una perspectiva feminista, podemos encontrar como las normas de género y las expectativas sociales que a menudo rodean el sexo y la sexualidad de las mujeres también favorecen esta problemática.

El camino hacia trabajar el vaginismo es un viaje personal y único para cada una de nosotras, y lo harás cuando tú lo necesites.

Si este tema te ha hecho pensar y quieres hablar con alguna profesional, no dudes en contactarnos.

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