Antes de dar respuesta a esta pregunta, algo que no haremos realmente en este artículo -como explicaré a continuación-, es imprescindible hacer una aclaración. Del mismo modo que han expuesto mis compañeras en otros artículos del blog de ÍTACO y como explicamos las psicólogas y psicólogos a nuestros clientes y clientas, cada problemática psicológica es única y particular.
Los problemas psicológicos son problemas de comportamiento. Desde que nacemos, vamos aprendiendo a comportarnos en función de las consecuencias que nuestra conducta tiene en nuestro ambiente. A veces, dichas maneras de comportarnos nos generan malestar, o ciertas
circunstancias ocurridas en nuestro entorno nos producen el mismo. Por tanto, las variables que explican cada problemática son particulares, pues cada persona tiene las suyas. Es importante hacer esta aclaración porque la explicación de la tristeza es necesaria buscarla para cada caso, y para puntualizar que, con este artículo, no se pretende, por tanto, dar una explicación sobre tu tristeza en concreto, si no exponer un hecho relativamente común que puede producirse, pero que puede sumarse a otros o ser distinto en cada persona.
¿Por qué estoy triste si es verano?
¿Te ha ocurrido alguna vez o te está ocurriendo que llega el verano y te encuentras triste?
Empiezas a preguntarte por qué. En general, en la sociedad, el verano se asocia con emociones como la alegría. Pero, sin embargo, tú te encuentras triste, sin que haya, en principio, un motivo aparente.
Además, puede que también te ocurra que te encuentres todavía peor al preguntarte por qué te sientes así si estás de vacaciones y lo que “deberías” estar es contenta o contento, al fin y al cabo, “llevas tanto tiempo esperando este momento…”.
¿Por qué se produce esta tristeza?
Como he dicho al principio de este artículo, la explicación debe buscarse para cada caso en particular. Lo que se pretende exponer en este blog es un hecho que ocurre en verano y que puede hacer probable que ciertas personas se encuentren peor. Con la llegada del verano, llegan las vacaciones. Sobre todo en estudiantes, estas son muy largas. Durante el año, solemos tener una rutina muy bien establecida: trabajamos, estudiamos, hacemos actividades deportivas, de música, de ocio… Nuestras amigas y amigos se encuentran cerca de nosotros y nosotras y realizamos distintos planes con ellos y ellas.
No obstante, con la llegada de las vacaciones, esta rutina se suele romper. Los días son largos y si no establecemos bien qué hacer, podemos tender a pasar el tiempo en casa sin realizar muchas actividades. Además, es probable que nuestras amigas y amigos se encuentren de viaje, lo que reduce todavía más los planes. Por otro lado, la mayoría de actividades deportivas o de ocio periódicas se suspenden, perdiendo también esta estimulación agradable a la que nos exponemos durante el resto del año.
Es decir, en general, en verano, se puede producir una pérdida de actividades e interacciones agradables. Esta pérdida puede explicar este bajo estado de ánimo experimentado por algunas personas en esta época del año. Por otro lado, puede ocurrir que, al encontrarte peor, “se te quiten las ganas” de hacer cosas, cayendo en el círculo vicioso: no tengo ganas – no hago cosas – no tengo ganas. Y es que, como hemos explicado en otros artículos del blog, las ganas se hacen: no hay que esperar a que me apetezca hacer cosas para hacerlas, sino realizar actividades para tener ganas de ellas.
Y a esto se le pueden sumar las interpretaciones que puedes estar haciendo de la situación, en varios sentidos:
- En primer lugar, puede que interpretes de manera irracional ciertos aspectos del momento que estás viviendo. Pensamientos del tipo “estoy completamente sola”, “no tengo ningún plan”… Estos pensamientos absolutistas, generales y poco objetivos pueden incrementar el malestar sentido.
- En segundo lugar, las comparaciones con el resto, sobre todo a través de lasredes sociales, donde la vida que se expone es elegida, y no se muestran todas las circunstancias de la persona, pueden hacer que te sientas aún peor si interpretas la situación de manera errónea.
- En tercer lugar, como he mencionado anteriormente, los “debería” autoimpuestos y los impuestos por la sociedad pueden hacer que se incremente tu malestar al recriminarte encontrarte triste estando de vacaciones. Por último, el hecho de no entender esta tristeza puede provocar malestar al rumiar sobre las razones de encontrarte así. Es fundamental aceptar que la tristeza es una emoción más y que en ciertos momentos la vas a experimentar. Con este artículo se pretende ayudar a entender una de las razones que pueden explicar por qué se produce, en algunos casos, este bajo estado de ánimo en verano y darte algunas claves para mejorarlo.
Algunas claves
- Haz una lista de actividades agradables que puedas realizar. Busca actividades que realmente te apetezcan: ver una serie, leer un libro, ir a la piscina, dar un paseo en bici, comenzar a practicar algún deporte… Piensa en actividades que te solía gustar hacer en el pasado y que ahora no estás realizando, o actividades nuevas que nunca has probado. Aprovecha este tiempo de vacaciones para explorar nuevas, solo o acompañado.
- Planifica una rutina. Organiza estas actividades para evitar que pase el día sin haberlas realizado. Planificar estas actividades previamente te proporcionará señales para hacer más probable que las realices, además de hacer menos probable que te dejes llevar por el “no tengo ganas”.
- Convierte actividades cotidianas en momentos únicos para ti. No es lo mismo sentarte a leer un libro en el sofá, que crear un espacio que realmente te guste para hacerlo o encontrar un rincón en tu ciudad para comenzar con la lectura…
Sin embargo, como he expuesto al principio del artículo, el malestar experimentado por cada persona hay que analizarlo en cada caso concreto, puesto que cada problema tendrá su explicación particular. Si estás experimentando malestar y no sabes cómo manejarlo, lo indicado es que acudas a un profesional de la psicología para que te ayude dándote pautas concretas.
Puedes ponerte en contacto con las psicólogas de ÍTACO a través de nuestro número o página web.